domingo, junio 04, 2006

11º.- La peor cara del mar


POST: La peor cara de la mar
AUTOR: David Fluxá del blog SACAPUNTAS
NOMINADO POR: Silvia Röljic, porque los marineros tratan al mar de mujer, y porque simpre le ha gustado Cousteau.


Aunque lo que más odia un navegante son las encalmadas, la calma chicha (algún día explicaré por qué), a nadie le hace gracia pillar mala mar por muy pelado que se tenga el culo en estas húmedas lides.
Hoy voy a contar una batallita marinera. Para los que os aburren estas cosas, pasad a otro blog, por favor; pero me estoy haciendo añoso y no puedo evitar mirar atrás... Por estas fechas,en mi club de apnea y pesca submarina APS http://www.apsub.org/ , organizamos uno de tantos trofeos que se realizan en este deporte a lo largo del año. El lugar de la dura prueba es en Tamariu (costa brava central). Imaginaros unos ochenta tíos pescando más de 5 horas en el agua entre la zona descrita y Sa Tuna, pasando por el impresionante acantilado de Begur. El año pasado ocurrió lo que nadie desea: se levantó un fuerte viento de gregal acompañado grandes olas de mar de fondo. La costa se convirtió en una ratonera y en una gigantesca batidora para los participantes.
Para estas situaciones, la organización (es decir cuatro gatos pelados y este humilde cronista) tiene preparadas varias barcas semi-rígidas (entre tipo 'zódiac' y lancha de apenas 4 metros de eslora) que patrullan constantemente por la zona. Además de un 'bou' (barco de pesca profesional) que reparte y recoge a la gente. Ese día, era la primera prueba 'oficial' del año, y pilló a los apneístas desprevenidos a mí me tocó (como siempre) hacer de comisario general y pude ver como muchos empezaron el día vomitando compulsivamente antes de tirarse al agua. La mar se iba poniendo de mala leche por minutos, el director y yo decidimos acortar la duración de la prueba, pero ya era demasiado tarde... algunos decidieron, temerariamente, salir a pata del agua. Esto es lo último que hay que hacer en un temporal. Acercarse al acantilado. Unos pocos consiguieron ganar la costa, otros tuvieron menos fortuna... Pero ¿Qué hice yo mientras? Recoger desesperadamente a todos los que podía. La primera en la frente fue que el barco desapareció del lugar donde debía estar fondeado (Aigua Blava) y mis compañeros barqueros y yo, cargamos con la gente hasta cala Tamariu.
Mientras, uno de los que intentaba salir por sus propios medios del agua y no quiso esperar, un mal golpe de mar lo arrojó entre dos piedras del acantilado en SaTuna. Quedó durante unos minutos eternos atrapado en una grieta; acercarse allí con mi barca era un suicidio como así lo constató la embarcación de los buzos de Bombers de la Generalitat; se avisó al helicóptero y a los 5 minutos estaba allí. Lograron sacarlo mientras todos conteníamos el aliento rogando que no le pasara nada. El pronóstico médico fue: contusiones varias, hematomas en todo el cuerpo, rotura de tobillo... pero nada grave. El grueso neopreno le salvó la vida.
Pero la aventura no terminó aqui. Mientras yo me quedaba sin gasolina y advertía a los demás que no se preocupasen por mí (antes de chocar contra las rocas, pude fondear a sotavento), pude ver como un ultraligero, que pasó volando sobre mi cabeza, caía en picado contra la superficie del agua a escasos metros de tierra. En escasos segundos, aparato y piloto se hundían en el agua. Menos mal que aún había alguien en el agua y logró rescatarlo ileso.
Fue un día durillo... ha habido aún de peores, algunos con peores resultados los cuales, prefiero no recordar de momento.
En la foto, una vista de la costa mencionada, tomada desde embarcación el domingo pasado en mejores condiciones meteorológicas.

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