viernes, agosto 04, 2006

¿Amistad? Nº 14 nominado

POST: ¿Amistad? (24.07.06)
AUTOR: Montse. Blog Una Sonrisa
NOMINADO POR: Rita. Blog La vida en el metro
MOTIVOS: Sin motivos. Se da por entendido que le ha gustado.

Leyendo a María, preguntando si la amistad entre hombre y mujer es amistad o amor, y luego leyendo a Elsa me he acordado de una historia que me contaron hace un tiempo y que creí olvidada. Narrada en primera persona, cómo me la contaron.

El día que nació la amistad…

El tenía 16 años, y yo 18. Era un chaval simpático, inteligente y charlatán. Y yo le miraba de forma protectora, desde mis "adultos" (¿quien lo dudaría, entonces?) 18 años cómo a un chaval ocurrente, divertido, lleno de risas y de gracias. A pesar de su edad era de la "colla" con la que salía. Cuando empecé a salir con mi novio, seguimos con la colla, pero a veces quedábamos solos. Otras veces, nos veíamos entre semana, o los domingos... y él, si le dejábamos, se venía con nosotros. Si íbamos a la playa, se apuntaba. Si íbamos de fiesta, se montaba en nuestro coche, en el asiento de atrás, con la cabeza entre las nuestras, siempre así. Y a los dos nos gustaba que viniese, porque era la alegría. A mi me gustaba charlar con él, hasta de zapatos… Y con mi novio… bueno, ellos eran inseparables. Cómo hermanos.

Cuando creció la amistad.

Pasaron los años, y la amistad creció, creció y creció. Tuvo sus novietas, y nos contaba sus cosas… recuerdo que la primera novieta en firme le dejó hecho polvo… pero allí estába yo, con consejos de mujer, para ayudarle a pasar por todos los tragos.

Cuando se hizo adulta

Vivimos muchas cosas juntos. Bebimos del mismo vaso, dormimos en la misma casa, vivimos en la misma tienda de campaña, cantamos las mismas canciones, fumamos del mismo… "pitillo", jugamos en las mismas playas...
Luego, cuando me quedé embarazada, me cuidó cómo un hermano. Y cuando nació la criatura, sin lazos de sangre, siempre fue su tito. Le dormía, le contaba cuentos, le hacía rabiar… lo normal en un tito. El día de reyes le llenaba de regalos, y ver la cara de felicidad de ambos, me llenaba de risas.
Juro que nunca jamás noté en sus miradas nada "especial". Nunca.
Pero lo un día, hace unos dos años, empezó a no hablar. Sólo a mirar. En las cenas con la peña, ya no era el alma de la fiesta… sólo callaba y miraba.

Cuando se murió…

Fue una tarde, de esas tardes en las que mi marido estaba de viaje. "Pasaba por aquí… y he parado" Me habló de su novia. Que no conectaban. Que no se reía como conmigo, que no compartían… Me dijo muchas cosas. Me dijo que mi marido ya no era el mismo, que no hablaban, que se habían distanciado… bueno, me dijo muchas cosas. Muchas. Y la penúltima fue: "Si le dejas, yo dejo a Lourdes".
No supe reaccionar. No supe si mi cerebro estaba interpretando bien el mensaje de mis oídos. O tal vez eran mis oídos que no entendían lo que dijo su boca.
Después sólo dijo "Es que te quiero" bajito, muy bajito, y sin mirarme, mi cerebro sintió que me lo estaba gritando. Fui incapaz de articular palabra. Nada. No dije nada.
Y se fue, dejándome una pesada sensación de culpa. Dejándome con la cabeza llena de preguntas. ¿Dónde fallé? ¿Tal vez coqueteé? ¿Qué hice mal? ¿Qué dije? ¿Cómo miré?
*******
Y ésta es la historia que alguien me contó. Tal vez me la contó a mi porque nunca se la contó a nadie. Ni siquiera a su marido.
Se que se volvieron a ver, pero ya nada fue igual.
Sé que él, el chico de la historia, dos meses después se casó con Lourdes…
Y también sé que de no haber existido el otro amor, que la exigía exclusividad y del que ella demandaba lo mismo, si no hubiese existido el otro amor... entonces ella, sin duda, hubiese amado a su amigo de la forma que él quería ser amado.
Porque amarle así solo hubiese supuesto enriquecer con una faceta más aquella hermosa amistad.

PD: Puede que esta historia no sea real. Puede que sea sólo producto de mi imaginación y ahora, tal vez de la vuestra… (jops!... parezco el Anthony Blake, no?)

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