viernes, septiembre 01, 2006

Bienvenidos a la republica independiente de mi casa Nº2 nominado

Nominado por: Noelia Fernández (3)
Autora: Macaria editado el día 25 en su blog "Macaria quiere ser una maruja"
Motivo: Porque es ver el renacer de una persona que por lo que parece se dejo llevar pero ahora vuelve a tomar su rumbo con todas las ganas del mundo


Leyendo a Anacleto Agente Secreto y su post de Ikea me hicieron acordarme de un anuncio de esa gran superficie. Anuncios, que por otra parte, Mary, me suelen gustar bastante. Los Slogan son buenos, aunque seguro que Benigno no los ha visto ni oído en su puñetera vida, y ni falta que le hacen. Es el más inteligente de todos nosotros. Ha sacado de su vida a patadas a ese ser infecto que es la televisión. ¿Ser? ¿he dicho ser? Por Dios¡, máquina, artefacto pero no tiene vida. El subconsciente, ese subconsciente que siempre me traiciona. Tendré que hablar con Rita de ello.
Bueno, pues eso, que, de repente, me vino aquello de “redecora tu vida” y “bienvenido a la república independiente de mi casa” y me di cuenta que bien los podía aplicar a mi misma. ¿Y por qué? Os preguntareis algunos, y “a mi que me importa” pensareis otros.
Pues porque estoy “redecorándome”. No se si serán estas vacaciones que me han sentado tan bien. El no tener que salir corriendo todos los días de un lado a otro, contando los minutos que me quedan para coger el tren y calcular cuanto tiempo tardaré en coger el dichoso autobús. Ni calculando que saliendo 10 minutos antes del trabajo soy capaz de ahorrar media hora en los trayectos y así poder recoger antes a Irlanda y llegar a casa lo suficientemente pronto para poder sentarme 10 minutos antes de sacar a los tres perritos de marras. Agh, agh, agh, un minuto que respire, por favor.
El caso es que estoy relajada y mucho. Tal vez no sean solo las vacaciones. Tal vez sea que ya no tengo esa sensación de angustia, y que me paso el día tratando de disimular, porque apenas veo a Irlanda. Probablemente a muchas mujeres les parezca una ñoñería pero para mi es muy penoso no poder ver a mi hija más de 3 horas al día. De ahí el título del blog. En realidad quisiera ser una Maruja, aunque solo fuese un par de años, para no perderme ni un segundo de ésta, que es mi hija, y que yo solo se cuanto he esperado y cuanto me ha costado tenerla.
Tal vez sea porque ahora enfrento las cosas y los problemas de otra manera. He tenido mucho tiempo para pensar. He desayunado, comido y cenado con mi hija. Nos hemos dado baños de espuma juntas, con velitas y bolitas de aceites esenciales que tanto le gustan a mi niña por los colores tan vivos que tienen.
Hemos paseado por el parque, nos hemos dado besos, nos hemos abrazado, nos hemos dado de comer mutuamente, incluso ha tecleado el ordenador por mi escribiendo mensajes ininteligibles. Nos hemos hecho fotos estupendas, las dos requeteguapas. Bueno, ella cincuenta mil veces más que yo.
Estar con mi hija me ha renovado por fuera y por dentro. Huísh¡ si parezco al Coronado ese anunciando los bífidus activos. Me ha dado la alegría que me faltaba. Y me encanta.
Y por las noches he podido relajarme., escribir, cosa que adoro y necesito, y pensar. He reflexionado mucho. Bueno, en realidad, yo me paso el día reflexionando. No solo soy capaz de hacer al mismo tiempo las tres cosas que le dije a Javi Rumi, sino que, además, mi cerebro tiene vida propia y funciona al 140% sin que yo pueda controlarlo. Se va de un pensamiento a una conversación ficticia, para volver a otro pensamiento y entroncar con una historia pasada, en menos de 30segundos. Así que no es de extrañar que me deje sin comprar la mitad de las cosas cuando voy al mercado.
El caso es que, durante todas estas noches, me ha dado tiempo a reflexionar y a llegar a muchas conclusiones. Una de ellas es que no me gustaba nada en la persona en la que me he convertido. A fuerza de querer agradar a la gente o a una persona en particular uno empieza a ser lo que no es, a encubrir su propio yo, para darse cuenta, finalmente, que a una la dejan de querer o a apreciar, precisamente por dejar de ser lo que era. Lo cual no deja de ser frustrante porque lo haces para agradar a esa persona y ser lo que se espera que debas ser.
Conclusión: quiero volver a ser yo misma.
Para ello he empezado por cosas sencillas. Cosas pequeñas. He vuelto a quedar con alguna amiga, incluso, con alguna nueva. He vuelto a leer novelas. He vuelto a ver películas. Hacía mucho que no disfrutaba de una. Adoro el cine. Es una de mis grandes pasiones junto con la música. Otra afición que he vuelto a retomar. Ya nunca me ponía música. He vuelto a escuchar mis cd’s de Billie Holliday, mi adorado Knopfler. He vuelto a cantar y bailar como una posesa, en casa, con la ayuda inestimable de Irlanda Aroa: la gran bailarina de mi república independiente (esa niña lleva mis genes, está claro).
Me di cuenta., bailando con ella, que hace mucho tiempo, yo me dedicaba a limpiar el polvo mientras daba saltos y gritos en casa oyendo a los Radiohead
http://www.youtube.com/watch?v=b1tsTmKwgqM
http://www.youtube.com/watch?v=9ysQecDesjk
Os podéis imaginar la situación, yo vestida con la ropa más cutre que tenía y gritando como una posesa cuando el tío cantaba lo de Creep o stop whispering. Al principio es lentita pero luego sube el tono y me encanta. Si ya se que se me va la pinza, pero no soy una tía previsible. Lo mismo me da por oír a Mozart que me pongo a estos tíos y me emociono como una quinceañera. Pues yo era así todo el día, y había dejado de serlo, hasta ahora.
Porque me he propuesto encontrarme en el sitio exacto dónde me quedé sentada. Y volver a cantar aquello de “stop whispering, star shouting”, o lo que es lo mismo, se acabó el susurrar, empezar a gritar”.
Y parece que funciona. Pero como todo, voy a ir con calma. Porque tengo la sensación de que toda mi vida he ido corriendo y a toda leche y así me ha lucido el pelo, que, como diría Benigno, me he dado unos ostiones de cuello vuelto.
He empezado por cosas sencillas. Tan simples como salir con mi niña a pasear y tomarme un café. Que es lo más normal del mundo pero ya no lo hacía si no iba con el partner. Nos hemos ido de compras y he renovado un poco el armario. Ropa interior de encaje, negra Fran, por supuesto, un par de tops lenceros, una falda negra muy larga y con muchas aberturas, un vestido de gasas, muy vaporoso y de tirantitos para el invierno. Si, para el invierno y escotado.
El bolso y los complementos los hemos dejado para otro día. Así tenemos excusa para salir otra vez. Unas cremas para la cara, unas barras de labios para renovar el maquillaje y un frasquito de perfume de Givenchy –Amarige- que ya se me había agotado. Hasta he sacado mis pesas del armario para empezar a hacer deporte.
Voy a terminar de pintar el salón. Lo empecé justo antes de dar a luz, y así se ha quedado, a medias. Dejé parado todo hace un año, incluida mi vida. Voy a elegir las cortinas, que aún no las he puesto. En tonos verdes y hueso, a juego con el sillón. Y los muebles los elegiré con calma. Las librerías ya las tengo vistas. De nogal, solo para libros. Están en esa tienda tan bonita de Claudio Coello, “La Huerta de San Vicente”, y el resto de las cosas poquito a poco. Hay que ir con tiento, eligiendo cada pieza muy bien. Porque quiero que sean muebles que se queden para siempre, de los que no me canse, y que me den una sensación de paz y de que estoy en mi hogar. Que no me hagan sentir como una extraña cuando entre por la puerta.
Y esta decoración del ámbito y entorno dónde vivo no es más que el reflejo de lo que también estoy haciendo con mi mente y mi interior. Voy a elegir cada pieza con tiento, despacio, hasta que encajen a la perfección, Piezas que me gusten y que se adapten a mí.
Obviamente aún no he desechado nada ni a nadie. Hay veces que algún mueble viejo no encaja hasta que encuentras el lugar idóneo dónde colocarlo. La verdad es que hay muebles, como esas butacas viejas, de las que uno no tiene valor a desprenderse porque se han leído libros maravillosos sentados en ellas o, incluso, uno se ha echado unas siestas memorables.
No. Todo a su tiempo. No cierro mis puertas a nada. Pero, ya he dicho, poquito a poco, con tiento. Me gusta el estado de calma en el que me encuentro. Ahora sonrío. Lo primero es volver al lugar donde me quedé, y después veremos. De ahí el título del post. Si hice mío aquello de “mi patria en mis zapatos” del Ultimo de la Fila, ahora me apodero del mensaje de Ikea , teniendo en cuenta que mi cerebro y me corazón son mi primer hogar, mi primera casa. Así que he redecorado mi vida y solo puedo deciros: Bienvenidos a la República Independiente de mi casa.
PD: Soy una inútil redomada para poner enlaces así que los arriba nombrados están en mis favoritos.

No hay comentarios: